lunes, 14 de marzo de 2016

Diez sencillos consejos de Ata Pouramini para luchar contra el insomnio



Si “somos lo que comemos”, podríamos decir que “estamos como dormimos”. El sueño interviene directamente en nuestra Salud, en nuestro estado interior y en la forma en cómo nos sentimos  y comportamos.

La incidencia del tiempo, la duración y la calidad de nuestro sueño en distintas enfermedades como la depresión y otros trastornos mentales se ha venido demostrando a través de diferentes estudios. En capítulos crónicos de insomnio, nuestras neuronas no disponen el suficiente tiempo por la noche para realizar su función clasificadora de la realidad que han percibido. El insomnio nos expone a una hipersensibilidad que nos aleja cada vez más de la realidad. Tres días sin dormir nada son suficientes para padecer alucinaciones.

En una lógica reacción, la ansiedad propia de estos sucesos y otros de mayor o menor intensidad  castiga nuestro bienestar cardiovascular, puesto que nos desestructura a nivel metabólico. “Dejamos de metabolizar bien el azúcar, se alteran nuestras constantes de presión arterial y nuestro corazón sufre. El estrés le desencadena, además, un sufrimiento extra.”

Así lo explica el orientador en Salud Ata Pouramini, quien añade a las consecuencias indeseadas de la falta de sueño una posible relación con el Alzehimer. Citando investigaciones realizadas en la Universidad californiana de Berkely, el experto explica que la noche y el sueño son el escenario en el que las células de nuestro cerebro son sometidas a una limpieza de “elementos impuros”, de desechos.  Uno de estos es la proteína beta-amiloide, responsable de desencadenar la terrible enfermedad que causa la pérdida de memoria en los seres humanos. Por explicarlo de una forma sencilla, las células se encogen, expone, para dejar paso al líquido céfalo raquídeo, encargado de la limpieza. Si ésta no se realiza bien, los procesos de elaboración de los recuerdos podrían quedar afectados.

A esta poderosas razones se unen otras como la tendencia a la obesidad (al estar fatigado, el organismo reclama alimentos que le proporcionan energía, pero también calorías y grasas), y una menor atención y creatividad en la rutina diaria.

Ata Pouramini aconseja acudir al especialista cuando los problemas para entregarse “a los brazos de Morfeo” se prolonguen más allá de un mes.  Para cuando se trate, en cambio , de episodios ocasionales, ligados a problemas  de la vida común o a episodios de nerviosismo, entre otros, el autor de “Tú eres tu Medicina”  ofrece los siguientes consejos, sencillos y fáciles de cumplir:

 1.   Busca el silencio
 Un entorno silencioso, alejado del ruido propiciará el descanso. Adiós al televisor y otros dispositivos que obligan a tus sentidos a estar alerta y les excitan.

 2.   No tomes cafeína 
 Nada de café al menos seis horas antes de dormir. Por supuesto tampoco bebidas isotónicas ni refrescos azucarados con o sin cafeína, también excitan.

 3.   Evita la luz
El cuarto consejo tiene que ver con la luz. Situaciones como desmaquillarse o lavarse los dientes frente a un espejo lleno de luz no deben hacerse justo en el instante antes de irse a dormir. El motivo es que esta acción también puede excitar mucho al cerebro.

 4.   Practica el Yoga, la meditación o alguna actividad relajante
El sistema nervioso necesita ir desconectando de la actividad diaria, a menudo frenética y estresante. Concédete unos minutos para la relajación: descansa en silencio, estírate, practica el yoga o simplemente medita.

  5.   Desconecta los dispositivos móviles.
Los teléfonos móviles y la hiperconexión a la que nos obligan, ya sea de asuntos de trabajo, familia o amigos no mantienen alerta. Nada de chatear, hablar o mirar redes sociales. Al menos dos horas antes de dormir.

 6.   No hagas ejercicio justo antes
Tampoco debemos hacer ejercicio justo antes de ir a la cama, sobre todo si es muy intenso. “Hacer ejercicio activa el cuerpo y también el cerebro y si lo haces justo antes de irte a dormir será más complicado conciliar el sueño”, apunta Pouramini.

 7.   Cambia de colchón
En primer lugar hay que valorar el colchón sobre el que dormimos. ¿Es el colchón adecuado? ¿Hace cuánto tiempo que no lo cambiamos? “Gastamos en torno a un 33% de nuestra vida en la cama con lo cual si vives, por ejemplo, unos 85 años el equivalente es que pasarás en la cama en torno a unos 30 años y estos son muchos años por eso es importante cambiar de colchón al menos cada 5 ó 6 años”, señala Ata Pouramini.

  8.   Levántate si no te duermes
Es necesario romper con el acto de estar en la cama dando vueltas sin conseguir dormir. Si te encuentras ante esta situación, lo mejor que puedes hacer es levantarte y realizar alguna actividad relajante. Así, tu cerebro no asociará el estar despierto con el acto de estar en la cama, una relación bastante perjudicial para quienes no consiguen dormir. El objetivo es volver a la cama un poco más cansado y lograr un descanso óptimo.

 9.   Toma un suplemento de Omega 3 antes de acostarte
La Universidad de Oxford realizó  un estudio con niños de entre 7 y 8 años a quienes se dio 600 mg de aceite de pescado rico en Omega 3, más o menos una cucharada antes de irse a dormir. El reveló que los niños que lo tomaban dormían 58 minutos más y se despertaban 7 veces menos que aquellos que tomaron otro tipo de aceites. Ata Pouramini aconseja tomar una cucharada grande de aceite de pescado rico en Omega 3 para lograr un sueño placentero.

 10.   Trata de acostarte antes

No después. Súmale una hora más a tu rutina de sueño y evitarás angustiarte por el reloj. Por cierto, si no lo miras durante las horas de insomnio, mucho mejor.


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